Participar en licitaciones del estado no solo implica cumplir con la normativa y entregar documentación en plazo. Implica competir. Y en esa competencia, la memoria técnica es el documento que más peso tiene para destacar entre múltiples ofertas.
Pero, ¿qué valora exactamente el tribunal evaluador? ¿Cómo interpreta los criterios del pliego? ¿Y cómo puedes estructurar tu propuesta para que cada punto juegue a tu favor?
En CVL Ingenieros, hemos analizado decenas de pliegos y participado en la redacción de numerosas memorias técnicas que han obtenido puntuaciones muy altas.
En este artículo te explicamos cómo entender la lógica del tribunal y cómo adaptar tu memoria para responder con precisión y estrategia a lo que realmente se evalúa.
Entender el pliego como si fueras evaluador
El primer paso para construir una memoria ganadora es leer el pliego con mentalidad evaluadora. No se trata solo de cumplir lo que se pide, sino de entender cómo se valora. Muchos licitadores fallan porque estructuran su memoria con su propia lógica técnica, sin alinear los contenidos con los criterios de adjudicación.
El tribunal técnico no está para adivinar qué partes de tu propuesta corresponden a qué apartado. Si el pliego indica que se evaluará la planificación, los medios, las medidas ambientales y las mejoras, tu documento debe seguir esa misma estructura, con títulos claros y contenido bien identificado. Cuanto más fácil lo pongas, más puntuación puedes obtener.
Criterios de juicio de valor vs. criterios automáticos
Es fundamental distinguir entre los dos tipos de criterios más habituales:
- Automáticos: aquellos que se puntúan con base en datos objetivos y fórmulas matemáticas (precio, plazo, garantías).
- Subjetivos o juicio de valor: aquellos donde la memoria técnica cobra protagonismo, y que se evalúan cualitativamente por el tribunal.
En estos últimos está la clave para mejorar tu posición. Aquí es donde puedes ganar terreno frente a ofertas económicas más agresivas, demostrando conocimiento técnico, viabilidad, experiencia y valor añadido.
Cómo estructurar tu memoria técnica por criterios
Un error habitual es redactar la memoria como una narración lineal, sin relación directa con el pliego. Lo ideal es dividir el documento exactamente según los criterios que se van a evaluar, de forma que cada bloque contenga:
- El título literal del criterio
- La explicación técnica correspondiente
- Los recursos gráficos o tablas de apoyo necesarios
- Una justificación específica de por qué tu propuesta cumple o supera ese criterio
Ejemplo: Si uno de los criterios es “Organización de medios humanos y materiales”, ese debe ser el título de una sección propia. Allí detallarás perfiles profesionales, funciones asignadas, disponibilidad, experiencia previa, fichas de maquinaria, cronograma de utilización, etc. Todo alineado con lo que se espera puntuar.
¿Qué valora de verdad el tribunal?
Aunque cada pliego es diferente, los tribunales suelen buscar aspectos comunes en una propuesta técnica:
- Claridad: textos concisos, ordenados, sin ambigüedades
- Viabilidad técnica: propuestas realistas, fundamentadas y coherentes con el objeto del contrato
- Capacidad organizativa: estructura de personal adecuada, planificación detallada y control de calidad previsto
- Valor añadido: mejoras concretas que supongan un beneficio claro para la administración
- Seguridad y sostenibilidad: medidas de prevención, gestión de residuos, reducción de impacto ambiental
- Presentación profesional: diseño limpio, visualización clara, uso de recursos gráficos bien integrados
No se trata solo de convencer con contenido técnico, sino de facilitar al tribunal su labor de evaluación. Una buena memoria debe casi permitir al evaluador «copiar y pegar» sus argumentos desde tu documento.
Recursos gráficos: el lenguaje que todos entienden
Las memorias con mejor puntuación no son necesariamente las más largas. Son las más claras. Y en ese objetivo, los gráficos, cronogramas, tablas, esquemas y diagramas son aliados imprescindibles.
Un buen cronograma de obra, por ejemplo, no solo ilustra plazos, sino que demuestra organización y experiencia. Un organigrama funcional ayuda a entender cómo se coordinarán los recursos humanos. Una simulación de fase de obra puede ser clave para ilustrar una mejora técnica.
En CVL Ingenieros desarrollamos memorias que integran recursos gráficos con criterio, pensando en cómo facilitar la lectura al evaluador y reforzar la argumentación técnica.
CVL Ingenieros: contenido técnico que convence y gana puntos
Redactar una memoria técnica no es solo redactar. Es entender cómo funciona una licitación pública, cómo se estructura un pliego y cómo convertir la experiencia y capacidad de tu empresa en un documento que obtenga la máxima puntuación posible.
En CVL Ingenieros, trabajamos codo a codo con constructoras, elaborando memorias técnicas licitaciones que responden punto por punto a los criterios del pliego.
Nuestra experiencia en ingeniería, redacción técnica y representación visual nos permite ofrecer un producto final profesional, competitivo y pensado para ganar.


