Las memorias técnicas para licitaciones han dejado de ser un simple documento obligatorio para transformarse en una herramienta estratégica que puede decidir el resultado de un proceso.
En un entorno donde decenas de empresas compiten por un mismo contrato, la forma en la que presentas tu propuesta técnica importa tanto como el contenido. Las administraciones buscan claridad, profesionalidad, innovación y rigor técnico. Pero también necesitan entender, comparar y confiar. Y todo eso comienza en la portada.
Hoy, en CVL Ingenieros, trabajamos con constructoras que saben que cada detalle suma. Por eso, planteamos este artículo como una guía práctica para entender cómo una memoria bien diseñada, bien escrita y bien pensada puede aumentar significativamente tus posibilidades de adjudicación.
Si estás preparando documentación técnica para memorias técnicas para licitaciones, esto te interesa.
Una memoria ya no es un trámite: es tu carta de presentación
Durante mucho tiempo, se asumía que cumplir con los requerimientos del pliego era suficiente. Pero el escenario actual exige ir más allá.
La memoria técnica es, en esencia, la carta con la que convences a un tribunal de que tu empresa es la opción más fiable, eficiente y profesional. Cada página que presentes habla por ti, por tu equipo y por tu experiencia.
Ya no vale copiar y pegar textos genéricos. Tampoco basta con rellenar los apartados sin un hilo conductor. Las nuevas memorias técnicas deben ser documentos personalizados, escritos con precisión y estructurados para facilitar su lectura y valoración.
No se trata de impresionar con palabras vacías, sino de construir un discurso técnico sólido que resuelva las necesidades específicas del contrato.
El contenido importa, pero el cómo lo presentas aún más
Una memoria técnica sobresaliente empieza por su estructura. Un documento mal organizado, inconexo o sin coherencia visual transmite desorden e improvisación, aunque el contenido sea técnicamente correcto.
Por eso, la nueva generación de memorias incorpora un enfoque editorial: índice claro, apartados numerados, títulos jerarquizados, lenguaje técnico accesible, y diseño visual homogéneo.
Además, se trabaja con una lógica orientada al pliego. Cada punto solicitado se responde de forma directa, con explicaciones precisas, sin ambigüedades.
Se justifican los medios, los plazos, los procedimientos y se incorporan mejoras reales y viables. Y todo ello sin perder de vista que quien lee no siempre es un técnico especialista. La claridad comunicativa es clave para facilitar la puntuación.
Redacción profesional: rigor, claridad y enfoque evaluador
Una buena memoria no necesita ser extensa, pero sí precisa. Cada frase debe aportar algo. Se debe escribir para ser entendido y evaluado, no para llenar páginas. Esto implica evitar lenguaje vago, eliminar redundancias y aportar siempre datos concretos. No digas que tienes experiencia: demuestra en qué consiste, en qué obras, con qué resultados.
También es esencial adaptar el lenguaje al perfil del evaluador. A menudo, los comités incluyen tanto técnicos como personal administrativo, por lo que el documento debe tener un equilibrio entre precisión y comprensibilidad.
Redactar con enfoque evaluador significa anticipar lo que se va a valorar y estructurar el contenido para facilitar su puntuación.
Diseño gráfico: no es estética, es estrategia
La presentación visual de la memoria cumple un papel funcional. Una portada profesional, una maquetación limpia y el uso de recursos visuales refuerzan el mensaje técnico.
Planos simplificados, cronogramas, esquemas de procedimiento o imágenes comparativas ayudan a explicar conceptos que de otra forma requerirían páginas de texto.
Hoy en día, muchas constructoras incorporan infografías 3D, simulaciones en entorno BIM o secciones gráficas con iconografía clara para reforzar su mensaje.
No es una cuestión estética, sino una forma de seducir al tribunal evaluador con una propuesta clara, atractiva y técnicamente solvente.
Qué debe contener una memoria técnica competitiva
Una memoria moderna responde de forma directa y justificada a los puntos del pliego. Se centra en demostrar que se entienden las necesidades del contrato y que se tiene una solución eficiente, bien pensada y alineada con los objetivos del organismo licitador.
La programación de obra debe ser realista, basada en rendimientos contrastados. La organización de medios debe estar ajustada al volumen y complejidad de la actuación.
Las medidas de seguridad, sostenibilidad y control de calidad deben presentarse con detalle, y las mejoras deben ser más que promesas: deben incluirse con metodología, impacto y viabilidad demostrable.
Todo debe estar respaldado. Si afirmas que reduces el plazo de obra, explica cómo lo logras. Si propones mejoras en los medios auxiliares, justifica su rendimiento. El documento debe hablar de la obra como si ya la estuvieras ejecutando.
Adaptación a cada tipo de contrato
No todas las memorias técnicas son iguales, ni pueden serlo. Redactar para una obra civil, un edificio patrimonial o un contrato de servicios requiere enfoques distintos.
Por eso, es esencial personalizar la estrategia en función del tipo de contrato, el órgano contratante y los criterios de adjudicación.
Una de las claves del éxito es la adaptación. Evita plantillas genéricas. En su lugar, construye memorias que respondan a los puntos fuertes de tu empresa y se alineen con las prioridades del proyecto. Y si no cuentas con el personal interno suficiente para hacerlo con calidad, es recomendable apoyarse en profesionales externos especializados.
¡Redactar para ganar, no solo para cumplir!
La diferencia entre participar y ganar está muchas veces en la calidad de la propuesta técnica. Redactar bien una memoria es una inversión, no un coste.
Es una oportunidad para transmitir capacidad, conocimiento, compromiso y profesionalidad. Y en un entorno tan competitivo como el de la contratación pública, eso puede marcar la diferencia.
En CVL Ingenieros trabajamos cada memoria como un proyecto único.
Analizamos el pliego, coordinamos con tu equipo, aportamos soluciones técnicas y elaboramos documentos claros, visuales y orientados a maximizar la puntuación.
Porque sabemos que, cuando el tribunal abre el sobre técnico, todo empieza por ahí.
Si estás decidido a mejorar tus resultados en licitación, empieza por cuidar cada palabra, cada plano, cada gráfico y cada argumento de tus memorias técnicas licitaciones. Esa es, hoy, la verdadera ventaja competitiva.


